cobardía y trasladó el miedo a su propio banquillo. El Tata decidió guardar la ropa y
Benzema se topó con la madera y Cristiano con Undiano antes de que Alexis decidiera
con una exquisita vaselina. El gol de Jesé fue puro maquillaje en un partido que fue un
clásico de terror: puro miedo.
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